Luego de más de diez años en el mercado de los ERP creo estar cerca de llegar a la centena de proyectos de implementación en los que he participado. Desde empresas multinacionales hasta pequeños emprendimientos. Desde los ERP`s World Class más conocidos del mercado hasta pequeños pero muy sólidos productos nacionales. Todos estos productos tenían mensajes en común que incluso he tenido que repetir sucesivamente durante mi etapa como vendedor: “Nos adaptamos a tus circuitos”, “mejores prácticas”, “Excelente Retorno de la inversión” (el grado de hipocresía de esta última frase merece un blog aparte).
Ahora bien, a grandes rasgos podría decir que solo el 10% de estos proyectos fueron realmente exitosos, lo que me llevó a pensar: ¿Cuáles son los puntos en común en estos proyectos?.
¿Es el producto?. Indudablemente no. He participado de proyectos muy exitosos con productos “pequeños” y grandes fracasos en otros que son referentes del mercado.
¿La calidad y experiencia de los consultores?. No lo creería. Si bien es un aspecto fundamental que los recursos involucrados tengan basta experiencia en el producto y en el mercado, he visto desmoronarse proyectos que tenían asignados profesionales de excelencia.
¿Entonces? ¿Qué sucede?. Tengo un gran producto, tengo un gran servicio, y el proyecto no lo demuestra.
La respuesta es tan simple de entender como compleja de implementar. Mi desarrollo profesional me invitó a poder trabajar con grandes especialistas en procesos (mención especial y profundo agradecimiento al señor Daniel De Buono que me dio la oportunidad de aprender y trabajar a su lado, y de quien dejo sus datos al pie de estos párrafos para que conozcan más de su trabajo) gracias a los cuales logré entender la realidad. Esta es que todos los proyectos exitosos tenían un punto en común: CLARIDAD EN SUS PROCESOS.
Todos estos proyectos entendían qué información era relevante, qué rol debía cumplir cada recurso dentro de la empresa, y más importante aún: estaban dispuestos a juzgarse, replantear sus circuitos, y entender a LA ORGANIZACIÓN COMO UN SISTEMA CONECTADO E INTERDEPENDIENTE, donde la eficiencia del mismo está por encima de las eficiencias locales de las áreas.
Nuestra misión como implementadores de soluciones digitales debe tener el foco en los procesos. Si los mismos están definidos, la implementación será rápida, efectiva y brindará resultados visibles para nuestros clientes. Si por el contrario, creemos que la simple digitalización de un circuito nos dará los grandes resultados que el vendedor nos muestra en sus estéticas y bien cuidadas filminas de presentación, solo lograremos sistematizar el desorden, y eso es algo que a la larga o a la corta se paga caro.
¿Es este el mejor discurso comercial? Estoy seguro que no. Pero es la realidad. Una organización que adquiere hábitos de procesos saludables y aplica la mejora continua en ellos tendrá resultados exitosos con casi cualquier producto que elija.
Pablo Troncoso
Luego de más de diez años en el mercado de los ERP creo estar cerca de llegar a la centena de proyectos de implementación en los que he participado. Desde empresas multinacionales hasta pequeños emprendimientos. Desde los ERP`s World Class más conocidos del mercado hasta pequeños pero muy sólidos productos nacionales. Todos estos productos tenían mensajes en común que incluso he tenido que repetir sucesivamente durante mi etapa como vendedor: “Nos adaptamos a tus circuitos”, “mejores prácticas”, “Excelente Retorno de la inversión” (el grado de hipocresía de esta última frase merece un blog aparte).
Ahora bien, a grandes rasgos podría decir que solo el 10% de estos proyectos fueron realmente exitosos, lo que me llevó a pensar: ¿Cuáles son los puntos en común en estos proyectos?.
¿Es el producto?. Indudablemente no. He participado de proyectos muy exitosos con productos “pequeños” y grandes fracasos en otros que son referentes del mercado.
¿La calidad y experiencia de los consultores?. No lo creería. Si bien es un aspecto fundamental que los recursos involucrados tengan basta experiencia en el producto y en el mercado, he visto desmoronarse proyectos que tenían asignados profesionales de excelencia.
¿Entonces? ¿Qué sucede?. Tengo un gran producto, tengo un gran servicio, y el proyecto no lo demuestra.
Todos estos proyectos entendían qué información era relevante, qué rol debía cumplir cada recurso dentro de la empresa, y más importante aún: estaban dispuestos a juzgarse, replantear sus circuitos, y entender a LA ORGANIZACIÓN COMO UN SISTEMA CONECTADO E INTERDEPENDIENTE, donde la eficiencia del mismo está por encima de las eficiencias locales de las áreas.